Fundación Altarriba
El coste medio de un espectáculo taurino en una Plaza de tercera, como la de Eibar en este caso, está en torno a los 225.000 euros. Con un aforo en torno a las 3.000 localidades, donde los precios se estiman entre 20 y 60 Euros y, por supuesto, teniendo en cuenta que siempre se llenan las plazas de toros hasta la bandera, la recaudación estaría en torno a los 120.000 Euros. Volvemos a ser generosos y nos olvidamos del 50% de descuento para peñas y grupos y… ¡sorpresa! ¡¡¡Tenemos 100.000 euros de pérdida!!!
En este punto el Ayuntamiento de Eibar, garante de la fiesta taurina, nos podría contestar y aportar el dato de la subvención reconocida en redes sociales por su alcalde Miguel de los Toyos: 6.000 euros destina el consistorio eibartarra a ayudar a esta buena causa benéfica... Causa que sin embargo ha sido pasada como patata caliente. Deparkel, la primera entidad que iba a beneficiarse de estos cuantiosos beneficios (una asociación que trabaja con enfermos de Parkinson), rechazó recibir dinero de esta corrida después de que cientos de personas presionaran en las redes sociales y colectivos de defensa animal solicitaran que así lo hicieran mediante una concentración de protesta en mayo y el mismo día de la corrida un pasacalles.
Parece que hay entidades con menos reparos a la hora de recibir dinero de espectáculos crueles: el Eibar, histórico equipo de fútbol que acaba de ascender a Primera, se ha prestado a recibir gustosamente los euros sin plantearse si beneficia o no a la imagen del Club.
El Eibar, según los datos que hemos aportado, no podrá cobrar ni un solo euro de esta supuesta corrida benéfica, ya que no existen, a no ser que no estemos valorando bien los beneficios que supone esta corrida.
Los únicos beneficiados son los empresarios taurinos, los toreros, apoderados, ganaderos, que viven únicamente de subvenciones públicas y de supuestos timos benéficos que son solo un reclamo desesperado para un sector en franca decadencia que se aferra fuertemente a su cordón umbilical con las administraciones públicas, reconociendo así que el abandono sufrido por parte de la inmensa mayoría de la sociedad hace mucho que ocurrió.
Esperamos que S.D. Eibar recapacite, valore su imagen como entidad con mucha historia y reconocimiento, separándose de espectáculos que suponen violencia y que aplique esa máxima futbolística de Fair play (juego limpio) más allá del campo de fútbol.
Esperamos también con mucho interés los datos finales de la corrida benéfica, ya que nos arrojarán luz sobre los 100.000 euros que estimamos de pérdidas que tendrá, quién cubrirá este gasto y sobre todo, que no sea la ciudadanía la que tenga que mantener un grupo de empresarios que viven casi exclusivamente de nuestros impuestos.